10. La señorita Etcétera
Arqueles Vela
-“No me sentí vivir en el hotel sino cuando ella penetró, con sus pasos medidos, en el ascensor. Subíamos lentamente y tan irreales como ese humo que enferma la garganta de las chimeneas…
La vida casi mecánica de las ciudades modernas me iba transformado. Mi voluntad ductilizada giraba en cualquier sentido. Me acostumbraba a no tener las facultades de caminar conscientemente. Encerrado en un coche, paseaba sonambúlico, por las calles.”
AV